domingo, 4 de noviembre de 2012

UN CUENTO PARA REFLEXIONAR..........MUCHO MAS ALLÁ DE LAS APARIENCIAS


Hoy os transcribo este cuento que para mi es un canto a la esperanza, pero no solo eso, sino que también es una llamada a la humildad, y a quererte y a respetarte para poder querer y respetar a los demás.

Hace tiempo que lo hice mio y  acude a mi en momentos limite haciéndome saber que, en cualquier caso, lo único que permanece es la esencia, el Ser; lo demás forma parte de la experiencias de cada cual en un momento dado.

Cuanto sufrimos acaso objetivamente, cuando creemos estarlo pasando muy mal quizá subjetivamente y sin embargo ¿cuanto nos transforman los éxitos?, ¿que hacemos con ellos?, ¿como nos hacen sentir?, ¿que sientes con un baño de multitudes?,¿como actúas entonces?, ¿cual es tu papel de derrotado?, ¿cual es tu rol de exitoso?......

 Mientras que estemos vivos: TENEMOS QUE VIVIR, de modo que hoy te pido que seas consciente de la enseñanza que encierra este cuento y la apliques a tu vida.... Más allá de las apariencias.



Te invito a que lo leas como si fueras un niño:





"Un rey dijo a los sabios de la corte: Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total. Tiene que ser muy pequeño de manera que quepa escondido debajo del diamante del anillo. 

Todos ellos eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados. Pero solo debía contener un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudiera ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no  encontraron nada. El rey tenía un anciano sirviente que era casi como su padre, al cual también había servido. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por él. 


El anciano dijo: —No soy un sabio, un erudito, un académico; pero conozco el mensaje, porque sólo hay un mensaje. Y esa gente no te lo puede dar; sólo puede dártelo un místico, un hombre que haya alcanzado la realización. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento por mis servicios, me dio este mensaje —y lo escribió en un papel, lo dobló y se lo dio al rey—. 


No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación..........

Y ese momento no tardó en llegar. 


El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos le perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Y llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: del otro lado había un precipicio y un profundo valle.
 Caer por él sería el fin. 


No podía volver, el enemigo le cerraba el camino y ya podía oír el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante, y no había ningún otro camino... 
De repente se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje increiblemente valioso. Simplemente decía: 


Mientras leía «esto también pasará» sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Y aquello pasó.
 Todas las cosas pasan; nada permanece en este mundo. 

Los enemigos que le perseguían se deben haber perdido en el bosque, deben haberse equivocado de camino; poco a poco dejó de oír el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. 

Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, lo volvió a poner en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino.

...... Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes,... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. 






Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida. 

—Escucha —dijo el anciano—, esto es lo que me dijo el santo: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso; no sólo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero. 


El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: «Esto también pasará», y de repente la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que se regocijaba, que celebraba, que bailaba... pero el orgullo, el ego había desaparecido. Todo pasa. 

Pidió al anciano sirviente que viniera a su carro y se sentara junto a él. Le preguntó: —¿Hay algo más? Todo pasa... 
Tu mensaje me ha sido de gran ayuda.—La tercera cosa que dijo el santo es: 

"RECUERDA QUE TODO PASA. SOLO TU QUEDAS: TU PERMANECES SIEMPRE COMO TESTIGO"


¿CUAL ES TU REALIDAD?




3 comentarios:

  1. Mientras que estemos vivos: TENEMOS QUE VIVIR, más allá de las apariencias, y ahora sabiendo y comprendiendo que "esto también pasará" será más fácil, no?

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    1. ¡¡¡¡¡Buenosssssssssssss diasssssssssss!!!!!!! me encanto tu actitud y pienso: pues probablemente....¿ o no?: EXPERIMENTEMOS ENTONCES.

      Creo sinceramente que si cambiamos la forma de ver las cosas, nuestro color y perspectiva, las cosas también cambian.........
      CREER ES CREAR, de modo que vamos a ponerlo en practica y caminando haremos camino.

      Gracias por tu comentario, tu optimismo y gracias por estar aquí, FABULOSO APUNTE.
      Un besazo.

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  2. Realmente cierto, tan sencilla expresión y tan fuerte, a veces no nos detenemos a reflexionar en ella.
    gracias por compartir, feliz navidad

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